Aquí las 7 razones por las que debería considerar visitar los Países Bajos en Navidad:

1. Descubrir la tradición de Sinterklaas
Este personaje, precursor de Santa Claus, reparte regalos el 5 de diciembre, inaugurando un ambiente navideño que llena las calles de color y festividad desde noviembre.
2. Recorrer encantadores mercadillos navideños
En ciudades como Ámsterdam, Maastricht o Valkenburg, encontrará mercadillos únicos, algunos incluso situados en cuevas, donde podrá disfrutar de productos locales, dulces típicos y vino caliente.
3. Admirar el Ámsterdam Light Festival
Este festival transforma la ciudad en una muestra de arte al aire libre con impresionantes instalaciones de luz que destacan por su creatividad y belleza.
4. Disfrutar de conciertos de música clásica
Experimente el encanto de la música navideña interpretada por la Filarmónica de los Países Bajos en espacios icónicos como el Concertgebouw, reconocido por su extraordinaria acústica.
5. Patinar sobre el hielo en escenarios emblemáticos
Tanto en Ámsterdam como en otras ciudades como Róterdam o Utrecht, podrá disfrutar de esta tradicional actividad invernal en pistas cuidadosamente preparadas.
6. Vivir la Noche de las Velas en Gouda
En esta histórica ciudad, la plaza central se ilumina únicamente con velas, creando un espectáculo inolvidable que culmina con el encendido de un majestuoso árbol de Navidad.
7. Sumergirse en una atmósfera navideña de ensueño
Con su arquitectura pintoresca, canales y tradiciones únicas, los Países Bajos se convierten en un destino que evoca la magia de las fiestas.

Amalia de Holanda dona un jardín de tulipanes a Madrid: “Deseo mostrar mi agradecimiento a la ciudad y a sus habitantes”

La próxima primavera, Madrid contará con un nuevo jardín de tulipanes blancos y naranjas gracias a la princesa Amalia de Orange, hija de los reyes Guillermo Alejandro y Máxima de los Países Bajos. La joven heredera al trono neerlandés, de 20 años, ha donado estas flores como muestra de gratitud por la hospitalidad recibida en la capital española durante el tiempo en que cursó sus estudios en la Universidad de Ámsterdam desde Madrid, tras mudarse a la ciudad debido a las amenazas del crimen organizado.

La plantación de los tulipanes tuvo lugar el pasado lunes 11 de noviembre, en una ceremonia encabezada por el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y el embajador de los Países Bajos en España, Roel Nieuwenkamp. El jardín, situado en la plaza de Oriente junto al Teatro Real, fue inaugurado con un mensaje de agradecimiento de la princesa de Orange, quien no pudo asistir al acto. “Por circunstancias especiales, tuve el privilegio de vivir un año en vuestra maravillosa ciudad de Madrid. La calidez con la que fui acogida me hizo sentir como en casa, y por ello quiero expresar mi más sincero agradecimiento a la ciudad, a sus habitantes y a todos los que lo hicieron posible”, expresó la heredera a través de las palabras del alcalde.

No era el día de Nadal, era la fiesta de Países Bajos

El público del Martín Carpena asiste con resignación a un espectáculo muy distinto al que se había anticipado para este viernes: en la pista no está España, y con su ausencia, tampoco aparece Rafael Nadal ni los elementos de una gran fiesta. Los planes soñados por muchos se desvanecieron el martes por la noche, cuando Países Bajos, una aparente Cenicienta, eliminó al equipo anfitrión de esta Copa Davis, frustrando la posibilidad de una velada especial. Ese homenaje que debía ser memorable terminó siendo, en palabras del entrenador de Nadal, Carlos Moyà, más bien “cutre”. En las gradas no hay rastro de Djokovic, Gasol, Murray ni de los políticos, representantes o celebridades que habían considerado asistir a la despedida. En cambio, abundan las cancelaciones de hotel, los palcos VIP vacíos y una atmósfera fría, rota solo cuando Tallon Griekspoor, brillante, sentencia el 2-0 frente a Jan-Lennard Struff (6-7(4), 7-5 y 6-4) y el grito de “¡Holland, Holland, Holland!” resuena con fuerza.

Afortunadamente, la hinchada oranje, siempre bulliciosa y llena de color, anima sin descanso para celebrar el gran desempeño de su equipo. El protagonismo lo asume Botic van de Zandschulp, quien se ha convertido en la figura clave de la semana. El holandés, un espigado jugador de 29 años y 1,91 metros de altura, sella la victoria contra Daniel Altmaier (6-4, 6-7(12) y 6-3) con una actitud impasible, igual que tres días atrás frente a Nadal. Su reacción es la misma: acude a la red, saluda al alemán con calma y regresa al banquillo como si acabara de cumplir con una tarea rutinaria. Nada de celebraciones exuberantes. La euforia queda para el millar de seguidores neerlandeses que han acompañado a su equipo a Málaga, destacándose entre las aficiones junto con los tifosi italianos. Y no es para menos. En un deporte donde nunca han sido protagonistas, Países Bajos se planta con firmeza y deja claro: aquí estamos. Ni de lejos son simples comparsas.

Opinión TENS Holanda Andrea

Soy Andrea Alonso, una joven de 26 años de Málaga, y el pasado 3 de octubre tomé una de las decisiones más importantes de mi vida: mudarme a Holanda en busca de nuevas oportunidades. A día de hoy, puedo decir que estoy muy contenta con la experiencia y convencida de haber tomado la decisión correcta, a pesar de los retos que supone.

Desde mi llegada, me he adaptado bien. Vivo en una casa compartida con otras cinco personas, donde disfrutamos de una convivencia respetuosa y tranquila. Tengo la suerte de contar con una habitación individual y solo comparto baño con otra chica. Además, mi vivienda está bien situada, a solo 15 minutos del supermercado, lo que hace que mi día a día sea más sencillo.

Trabajo 35 horas semanales en un empleo físicamente exigente, pero que me está ayudando a cumplir los objetivos de la empresa y, al mismo tiempo, ahorrar para alcanzar mis propias metas, como comprarme un coche. Reconozco que no es fácil y que vivir lejos de la ciudad puede ser un inconveniente, pero me lo tomo con filosofía y una actitud positiva.

Mi intención es quedarme al menos tres años en Holanda. Estoy decidida a aprender holandés para integrarme mejor en la cultura y sacar el máximo provecho de esta etapa. Me considero una persona aventurera, y no dudo en recomendar a quienes estén pensando en emigrar que se animen: “Es imposible que todo sea perfecto, siempre habrá dificultades, pero no te quedes con la espinita clavada”, suelo decir.

Más allá de lo laboral, esta experiencia me está permitiendo crecer como persona, enfrentarme a nuevos desafíos y conocer una cultura diferente. Dadas las circunstancias actuales en España, estoy segura de que emigrar ha sido la mejor decisión que he tomado. Para mí, esta aventura es un ejemplo de valentía y determinación, y espero que inspire a otros a dar el paso y buscar oportunidades fuera de su país.