Don Felipe ejerció de anfitrión de Guillermo Alejandro de Holanda en un almuerzo que tuvo lugar en el Jardín Botánico de Madrid. El motivo era celebrar el 375º aniversario de las relaciones diplomáticas entre Países Bajos y España, organizándose antes de ese encuentro un viaje en tren del Rey de Países Bajos a Puertollano, Ciudad Real, para visitar el Centro Nacional del Hidrógeno y la planta de hidrógeno de Iberdrola instalada en esta ciudad. Allí, el Monarca neerlandés se puso al día sobre el electrolizador, que permite producir hidrógeno mediante un proceso químico que separa las moléculas de hidrógeno y oxígeno.
Al reencontrarse en el Botánico, los dos reyes se fundieron en un cálido abrazo del que fue testigo Rob Jetten, Ministro neerlandés de Clima y Política Energética de Países Bajos, que ha acompañado al Rey Guillermo Alejandro de Holanda en esta visita de trabajo a España. Ambos se pusieron al día y fueron charlando antes de llegar al lugar en el que se celebró el almuerzo.
Guillermo de Orange voló directamente desde su país a Madrid. En la capital, los dos reyes compartieron un almuerzo en el Jardín Botánico con motivo del 375º aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre los dos países, tal como explicaron fuentes de Zarzuela. Y, ya por la tarde, el soberano neerlandés se desplazó hasta Puertollano (Ciudad Real) para interesarse por la planta de hidrógeno verde que tiene allí la compañía Iberdrola.
Don Felipe y Guillermo de Holanda mantienen una relación muy cordial desde siempre, aunque, al menos por lo que ha trascendido públicamente, también es cierto que el español ha tenido mucha más amistad con otros miembros del Götha europeo como Federico de Dinamarca. La buena sintonía entre las familias reales española y holandesa viene de lejos porque Don Juan Carlos y Doña Sofía llegaron a cultivar una cordialidad muy estrecha con la madre del actual rey Guillermo, Beatriz, y su esposo Claus. Y la cercanía se fue transmitiendo con el tiempo entre los hijos de ambos matrimonios.
Los Orange son unos auténticos apasionados de nuestro país. Guillermo y Máxima Zorreguieta se conocieron, de hecho, a principios del milenio en una Feria de Abril sevillana. Motivos tienen desde luego para guardar un inmejorable recuerdo de las fiestas de la capital hispalense, a donde se han seguido desplazando en numerosas ocasiones. A Máxima le gusta, además, ponerse el traje de flamenca. Y, más recientemente, se han conocido muchas escapadas que la reina consorte ha hecho a Madrid junto a su hija primogénita, Amalia, que ha encontrado en nuestra capital un refugio donde disfrutar con amigos y de sus aficiones, máxime tras saberse la angustiosa situación por la que habría pasado en los Países Bajos por las amanezas de una de las mafias vinculadas a los cárteles de la droga que operan allí.